¿Es posible que el precio de la vivienda llegue a equipararse con los sueldos?
Tener acceso a la compra de una vivienda está estrechamente ligado a la condición salarial de los hogares. Un crecimiento desmesurado en el precio de los inmuebles y un estancamiento en los sueldos producirían una situación complicada. Según Adecco, el salario medio anual fue de 19.752 euros en el segundo trimestre de 2018. Asimismo, el precio de la vivienda cerró en este mismo periodo en 1.596 euros por metro cuadrado, según pisos.com. Así, el esfuerzo de los hogares españoles para el pago íntegro de una vivienda estaría en 7,2 años de salario
Adecco sostiene que el salario medio en España recorta su poder adquisitivo en 469 euros anuales desde 2016. Solo dos regiones mejoraron su situación con respecto a hace dos años: Asturias, con 199 euros anuales más que a mediados de 2016; y Navarra, con 20 euros anuales más. En cuanto al salario, Madrid es la autonomía que goza de mayor remuneración, con una media de 1.945 euros mensuales. A la pregunta sobre la posibilidad de que el precio de la vivienda se equipare con los sueldos, existen diferentes teorías y escenarios que podrían o no posibilitar tal situación.
Trabajar para convertirse en propietario
Respecto al esfuerzo anual en número de salarios que una familia debe invertir para comprar una vivienda en España, existe un dato de carácter oficial proporcionado por el Banco de España. Según el instituto emisor, este indicador cerró el primer trimestre de 2018 con 7,2 años. Esta cifra alcanzó máximos históricos en el año 2007, en pleno ‘boom’ de la burbuja inmobiliaria, con un esfuerzo de 8,8 años. La evolución de este índice ha ido ‘in crescendo’ en los últimos años.
Otra de las organizaciones que calcula la relación entre salarios y precio de la vivienda es Sociedad de Tasación, que estima que existen diferencias en cuanto a las distintas regiones de nuestro país. «Baleares es la comunidad autónoma donde el índice de esfuerzo inmobiliario es más alto (15,6 años) mientras que la que menos esfuerzo requiere es Murcia, con 5 años», expone César Hernández, director de Estudios de Mercado de la tasadora, en base a los datos del primer trimestre de 2018.
O bajan los precios o suben los salarios
Estefanía González, redactora jefe de Kelisto.es afirma que «el ratio entre ingresos y precio de la vivienda debería rondar la cifra de 2,5 años, aunque lo más realista sería irnos a 4-5 años de ingresos íntegros». Teniendo en cuenta estas cantidades, se puede observar que la situación que se vive en España no es proporcional, y esto es algo que se viene arrastrando desde 2004.
Por su parte, Pau A. Monserrat, economista de Enfintech.com y profesor asociado de la UIB, cuenta que para que se produzca una equiparación entre el precio de la vivienda y el salario de los españoles, se tendrían que producir dos situaciones. «Por un lado, que los sueldos aumentarán proporcionalmente más que el precio de los inmuebles, lo cual supondría cambiar el modelo económico por uno que generase más empleos de calidad, mejor cualificados y, obviamente, mejor remunerados». La otra alternativa sería que «los precios de compraventa no aumentaran proporcionalmente más rápido que los sueldos. Esto podría darse en un escenario con un mercado del alquiler mucho más competitivo, que empujaría a la baja las mensualidades y, gracias a ello, se enfriaría la venta».
Mirando a otros países
González afirma que, «tampoco debemos creer que España es el país donde más años se necesitan de sueldo para pagar una vivienda íntegra, sino que es algo que podemos ver en numerosos países de nuestro entorno». Concretamente, en un ranking aportado por Kelisto.es en el que se analizan 39 países europeos, España ocupa el puesto 31 en una lista encabezada por Serbia, donde se necesitan 18,3 años de sueldo para el pago de una casa. A Serbia le siguen Ucrania (15,29 años), Bielorrusia (14,94 años) y Albania (14,5 años).
Por el contrario, este ranking señala a Islandia (6,63 años), Dinamarca (7,09 años) y Bélgica (7,29 años) como los países en los que menos años se necesitan para el pago de un inmueble. En Islandia, por ejemplo, el sueldo medio mensual está en 2.822 euros y comprar una vivienda en el centro de la ciudad ronda los 4.267 euros por metro cuadrado. Estas diferencias ponen de manifiesto la importancia de la estabilidad laboral y su estrecha relación con el precio de la vivienda. Aquellos países en los que no se fomentan unas buenas condiciones laborales serán los que más difícil tengan el acceso a la compra de una vivienda.
La brecha de género
Otro dato interesante que conviene resaltar es la diferencia salarial existente entre hombres y mujeres. Según la última Encuesta de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística, correspondiente a 2016, los hombres ganan una media anual de 25.924,43 euros, para las mujeres esta cifra se reduce a 20.131,41 euros. De este modo, el esfuerzo de las mujeres para adquirir un inmueble sería mayor. Teniendo en cuenta que el precio medio de una vivienda en España fue de 1.605 euros por metro cuadrado, según el informe de precios de venta de julio de 2018 de pisos.com, una vivienda tipo de 90 m² costaría 144.450 euros. Así, los hombres dedicarían 5,57 años íntegros de salario y las mujeres 7,1 años.
A nivel regional, la diferencia salarial se hace más evidente en Asturias, donde los hombres cobran un 29,3% más que las mujeres; Navarra, con un 28,01% más para los hombres; y Cantabria, donde la cifra llega al 27,7%. Canarias presenta la menor desviación entre los salarios de hombres y mujeres, con un porcentaje del 13,89% más para los hombres. País Vasco es la región donde los salarios son más altos tanto para hombres (31.001,21 euros al año) como para las mujeres (23.428,18 euros al año). La región donde el género masculino gana menos es Canarias (21.149,44 euros al año), mientras que el femenino está peor remunerado en Extremadura (17.360,28 euros al año).
Los jóvenes, los peor parados
Un indicador relevante para conocer cuál es el futuro de la vivienda es analizar el esfuerzo de acceso a esta por parte de los jóvenes. El precio de la vivienda y el poder adquisitivo de los jóvenes se presenta como el principal problema que obstaculiza la transición a la vida adulta. Así, un estudio titulado ‘Difícil acceso de los jóvenes a la vivienda’, de Antonio Echaves García, revela que en 2013, según el Consejo de la Juventud de España (OBJOVI), la población joven tenía que dedicar como media en España un 52,7% de sus salarios al pago de la hipoteca, mientras que para el conjunto de la población este porcentaje representaba un 41%. Este dato muestra un afirmación muy significativa, y es que los jóvenes lo tienen mucho más complicado, quizás por la precariedad en sus trabajos y porque cada vez se elevan más los años a los que se alcanza la estabilidad laboral.
Comparando los datos sobre salarios del INE con los del último informe de precios de venta de pisos.com, correspondiente al pasado mes de julio, nos percatamos de brechas muy llamativas que ponen de manifiesto que en las regiones más caras los jóvenes necesitarían más años que la media para pagar una vivienda. La vivienda tipo en País Vasco, la región más cara, cuesta 239.580 euros. Los mayores de 55 años que trabajan en esta autonomía tienen el salario regional más alto, de 29.974,83 euros anuales, teniendo que invertir 7,99 años íntegros de sueldo. Los jóvenes, por su parte, deberían desembolsar 24,48 años. Se trata de más 16 años de diferencia. Incluso en Baleares, que es donde ganan más los menores de 25 años (12.572,38 euros al año), el esfuerzo abarcaría 18 años y medio.
La clave está en la estabilidad laboral
Es indiscutible afirmar que la estabilidad laboral se presenta como un punto clave que fomenta la determinación de adquirir una vivienda. «La realidad es que pocos saben lo fundamental que es tener ahorros previos para poder afrontar de forma responsable la compra de una vivienda», según argumenta González. Monserrat por su parte, manifiesta que «en un mundo ideal, las familias evaluarían su situación económica presente, harían predicciones de cómo evolucionaría en el futuro, ahorrarían y nunca pedirían a un familiar o allegado que les avalara». Desafortunadamente, la cultura financiera en nuestro país sigue siendo teniendo tantas fallas como las que tenía antes del estallido de la crisis.
Hernández cree que «cualquier mejora en las condiciones laborales incidirá favorablemente en la buena evolución del mercado, pero no se trata únicamente de valorar el nivel de ingresos. La estabilidad laboral tiene tanta importancia como los ingresos en sí mismos a la hora de obtener financiación, y el mercado laboral español pincha en ambos sentidos en este momento». De ahí que sea tan importante ser precavidos para afrontar el pago de vivienda sin llegar a un endeudamiento crítico de los hogares. Aunque queda mucho camino por recorrer, tener ahorros y valorar la situación económica personal ayudará a fortalecer las debilidades existentes del mercado.
Publicado en: https://www.pisos.com
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